domingo, 25 de enero de 2015

Rio Bogarra y valle de El Batán



Valle de Batán (Bogarra)

 25 de Enero de 2015

AVIANA RECORRIENDO EL VALLE DE BATÁN




Son las 7 de la mañana, 39 socios de Aviana, con los cinturones bien amarrados, estamos deseosos de partir en busca de otra aventura, en esta ocasión recorriendo las pintorescas sendas, revestidas de verde y muretes de piedra, las formaciones geológicas y los dorados cañaverales que acompañan el inquieto río Bogarra y sus cascadas.

Partimos junto al pueblo de Bogarra, situado entre los Picos Padrastro y Picayo, a unos 800 m de altura, ubicado a unos 4 km del Pico de Padrastro. Éste es uno de los más destacables de la provincia de Albacete, luciendo la osada altitud de 1.503 m sobre el nivel del mar. Ya en pie, preparados para ver y sentir la hermosa y caprichosa naturaleza del lugar, descubrimos una tierra cuajada bajo el rocío de la mañana, ofreciéndonos un apacible y soleado día de invierno, bajo los olivos, algunos de ellos encaramados a la montaña (al igual que el propio pueblo), y el melodioso trino de los pájaros.

Nos agrada la generosa agua que recorre la falda del pueblo, canalizada por el río Bogarra, enriqueciéndolo y haciendo de él un paraje más bello y atractivo.

Tras haber recorrido algunos kilómetros sobre puentes, senderos cubiertos de parda hojarasca y unas curiosas esculturas talladas en madera y piedra, hacemos una breve parada para almorzar frente a los "Colmillos del Diablo", no muy lejos de la peña del Padrastro, antes de reemprender la singladura hacia la cascada del Batán, desconociendo esa juguetona invernal sorpresa que nos esperaba durante el ascenso, algo antes de atisbar en la distancia la cascada de Batán.

Antes de llegar a la cascada, nos dirigimos a la llamada "Cueva de la Mora", una pequeña entrada con forma rectangular situada en un paredón rocoso, donde según cuenta la leyenda, tras el destierro de los moros Granadinos, quedó sola una hermosa mora , la cual descendía cada noche a peinarse junto al arroyo con peineta de oro. La muchacha falleció la noche de San Juan, y desde ese día, cada noche de San Juan baja la mora a peinarse, convirtiéndose en oro cada cabello que cae al río.

Mientras vadeamos con precaución el río sobre puentes de madera alrededor de intrincadas moles de roca y vegetación, llegamos hasta las aguas cristalinas de ese rincón de fantasía que alberga la cascada de Batán. Concluyendo nuestro viaje en el Pueblo de Bogarra, con unos 10 km de recorrido, disfrutamos de la merecida comida antes de regresar al autobús, rebosando ya de buen humor por habernos acercado un poquito más a la naturaleza.


Bogarra



















Entrada de la cueva de La Mora



Cascada de El Batán



Los Colmillos del Diablo

 Cruzando el rio Bogarra


 Bogarra






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